Hoy decidí quererme a mí.

La soltería es un tiempo de permitirte conocerte, un viaje a tu corazón, tus gustos y el disfrutarte, no debería ser la pena de no tener a alguien a tu lado, es importante aprender a disfrutar de ti.

Tal vez la soltería es lo que necesitabas para entender que tu felicidad no depende de un hombre, que Dios es más que suficiente, aunque sabemos muy bien que hasta el mismo Dios dice, que no es bueno que estés sola; con dependencia me refiero a que si no está esa persona esperada no puedas hacer todas esas cosas que sueñas, es solo que en este tiempo lo harás con tu compañía.

💜 Tan bueno cuando viajas sola, puedes dedicarte tiempo y organizar tus ideas; nos pasamos toda la soltería queriendo conocer a alguien sin entender que lo más importante somos nosotras mismas, ya habrá tiempo para conocerlo a él.

La soledad no debería ser sinónimo de dolor y de una espera tortuosa, debería ser un viaje de esos espontáneos que no se planean, de esos llenos de fotos y recuerdos.

La soltería es una etapa llena de enseñanza, pero si solo pensamos en la meta, en el cumplimento del deseo podemos estar perdiéndonos de mucho.

Sé que lo he escrito mucho pero la vida es un viaje y no hay nada mejor que abrir la ventana y disfrutar de la brisa y el paisaje, pero por lo general cuando hacemos un viaje cuando estamos de ida todo el trayecto estamos pensando en cuándo llegaremos?, en cuánto falta?, en si vamos a bajar en algún lugar para comer algo o si hay un baño jajajajaj y ya de regreso solo dormimos cansados y asoleados si estuvimos en un lugar caliente pensando ya quiero estar en casa y extrañando nuestra cama jummmm somos muy complejas, pero si logramos entender que no importa cuánto tarde, ya llegará, que lo más importante es no dejar de disfrutar de este viaje que es la vida, será más placentero y podrás ver cosas que antes no habías visto.

Sé que la espera es difícil y más cuando se lleva mucho tiempo esperando, pero los mejores viajes son los largos, no es lo mismo los 5 minutos al supermercado que las 6 o 7 horas a ese lugar campestre lleno de árboles, flores, animales y un cielo lleno de estrellas.

La espera hace que perdamos la perspectiva, solo queremos ver por el vidrio panorámico, pero no nos damos cuenta de las ventanas que están a los lados invitándonos a disfrutar de todo un paisaje.

Muchas personas me preguntan cómo fue esa espera por mi esposo y yo les digo que el día que renuncié a él, el día que lo puse en el altar, el día que dije: Dios, es para ti y si decides que no es para mí está bien, el día que descansé en su promesa que tenía a alguien para mí, me lo entregó.

Por eso sé que la espera no es tan color de rosa, que tiene muchas lágrimas, trasnochos y preguntas, pero también sé con seguridad que vale la pena. Si me preguntas ahora que cambiaría de mi soltería diría que estaría más relajada, más tranquila que hubiera disfrutado más, que hubiera llorado menos y disfrutado más.

No importa si vez que el camino está largo, ten la confianza que fiel es el que prometió; abre la ventana y disfruta.