Aprendiendo a orar por él

Todas hemos orado o estamos orando por alguien, pero muchas veces lo hacemos como si las no respuestas fueran más grandes que las promesas de Dios, las cuales no tienen fecha de expiración, no mueren, por eso es necesario entender que nuestra oración tiene el poder de cambiar las cosas, que cuando oramos profetizamos, porque declaramos en fe su palabra.

Es importante entender que a Dios les gusta las oraciones claras, detalladas y precisas por eso muchas veces no sabemos si recibimos las respuestas por nuestra impresión al orar o al no saber lo que queremos, muchas veces porque dejamos de insistir, creo que cuando se ora por algo se debe tener cierta testarudez santa, cierta resistencia y tenacidad como Jacob con el ángel, aferrado a Él hasta obtener su petición.

Cuando oramos necesitamos ser constantes firmes para poder que Dios vaya señalando el camino y para ir recibiendo las respuestas. Las que perseveran no reciben un no por respuesta, ellas oran sin desmayar hasta que el cielo se mueva a su favor y tú dirás: ¿y si él no es para mí?, pues a través de la oración Dios te va a mostrar.

Cuando insistimos tocamos el corazón de Dios, pero es necesario no fijarnos en la realidad porque es especialista en matar sueños. Dios me dijo: "celebra tu victoria anticipada" y eso es lo que hace la fe celebra antes de, agradece y alaba, el sacerdote le dijo a Ana la mamá de Samuel ve a tu casa y has tu vida normal, come, comparte con tu esposo, que le quiso decir, lleva tu vida como si ya tuvieras tu milagro y cuantas veces nuestra vida se detiene por la frustración, por no recibir lo que pedimos o por pensar que ese idóneo nunca llegará; Hay veces que tenemos que dejar de rogar y llorar y comenzar a dar gracias por esa respuesta.

Arriésgate a creer para que puedas ver ese milagro en tu vida, no hay nada que mueva más la mano de Dios que las oraciones cargadas de fe.

Para que tengas paz en medio de la espera quiero que entiendas que los "no" de Dios no siempre son una negativa sino una espera un poco más que todavía no es el tiempo para lo que me estas pidiendo, eso te animará a seguir insistiendo, sé que en ocasiones nos desanimamos y queremos desistir, pero El siempre cumple sus promesas, entendiendo que es más importante buscar a Dios que a sus respuestas o peticiones.

El mantenernos firmes en oración nos permite mantenernos con una expectativa alta de lo que Dios hará, mi constante oración es que Dios me sorprenda porque me gusta que lo haga y porque estoy segura que le gusta hacerlo, así que cuando oro me siento como una niña pequeña esperando a recibir su regalo para destaparlo sin saber que es, pero con la plena confianza que me gustará, tal vez no es lo que estoy pidiendo o esperando pero sí sé que Él sabe muy bien que necesito y cuando lo necesito, pero ahí es donde nos quedamos estancadas en nuestra fe creyendo que lo que Dios tiene no es mejor que lo que le pedimos.

Dios es un Dios que no es limitado ni pequeño así que esa debe ser la forma en que le debemos pedir en grande, pero esto requiere un nivel de fe del mismo tamaño y si te cuesta creerlo recuerda todas las veces que lo ha hecho por ti.

Cuando oras entregas todas tus preocupaciones a Dios y descanses en Él, entendiendo que sólo Él lo podría hacer.

Leí una frase que me gustó mucho: "Los tiempos de desesperación exigen medidas desesperadas y no hay nada más desesperado que orar sin desmayar", así que si no sabes que hacer tan solo ora. Orando como si todo dependiera de Dios e insistiendo como si todo dependiera de ti, esto me hace pensar en la mujer viuda que le pedía al juez hacerle justicia día y noche insistía hasta que el juez cansado de sus ruegos decidió concederle lo que le pedía. Las respuestas son el resultado de la persistencia, si dejamos de orar al final nuestra fe morirá.

Si no oramos no tendremos respuestas, es como si quisiéramos que alguien nos respondiera sin hacer la pregunta.

Se necesita un nivel de confianza muy grande el caminar sobre las aguas, pero a Dios le fascina sacarnos de la comodidad espiritual y cada día nos reta para que nuestra fe crezca, porque todos tienes una medida de fe, pero si no la ponemos en uso no crece.

Para ello es importante que recordemos que en Jesús son reales las promesas en nuestra vida y si así lo hacemos Él cumple su palabra.