Por favor elígeme
Aunque sabemos que es posible que no vayamos hacer aprobadas siempre estamos tratando de dar lo mejor y deseamos que alguien nos elija, que alguien nos diga es bueno que estés aquí a mi lado, que alguien nos acepte tal y como somos y pensamos si es privilegio que solo algunas se pueden dar.
Todas queremos ser necesitas y extrañadas por alguien, pero las cosas no comienzan a resultar como deseamos y comenzamos a darnos por vencidas en varias emociones, riéndonos cuando queremos llorar, aguantándonos las ganas de escribirle, poniendo una y otra señal, preguntándole a las amigas si creen que tenemos posibilidad para terminar con un montón de preguntas en la cabeza y el corazón.
Es tan emocionante cuando lo vemos y quisieras decirle tantas cosas aun abrazarlo fuerte y pedirle que no nos suelte y dentro de nosotros pensamos: jummm si estos ojos hablaran todo lo que dirían jajajaja.
Y ahí estamos, enamoradas de esa sola persona, deseando que se fije en nosotras y aunque hayan otros chicos solo podemos verlo a él, así sea el más mínimo detalle lo agradecemos y atesoramos, nos derretimos con su sonrisa y cada una de sus palabras; pero siempre con la duda en el corazón si solo nos ve como una amiga más y por un momento desearíamos tener el poder de leer la mente y cada noche rodamos por la cama pensando en él, decidiendo si tomar la iniciativa o no, o esperar pacientemente a que él lo haga o que las circunstancias sean tan claras que no nos quede duda que le gustamos.
Es un milagro que dos personas se gusten al mismo tiempo y no hay forma de detener a esas personas que se gusten, por eso se nos es tan difícil como mujeres saber que piensan ellos, que están sintiendo y más si creemos que es sólo su forma de ser, que tal vez no somos tan especiales sino una amiga más o una buena amiga y pensamos que si será que algún día tendremos nuestro milagro.
Hace poco leí una frase que decía: ¡Hasta que Dios diga basta!!! (Elizabeth Jaramillo) y pensé que debería ser así para todo lo que pedimos, hasta que Él nos diga ya no más y aunque anhelamos que ese ser amado nos elija no debemos dejar de dar nuestra lucha, por más indiferente que lo parezca porque no sabemos realmente que está haciendo Dios, tal vez solo está dándonos una lección de paciencia y aprender a esperar con gozo.
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”
1 Juan 5:14-15