Inmediatista
El efecto microondas nos ha dañado el cerebro a todas, porque cual sopa instantánea así queremos que nos llegue el amor de nuestras vidas, abrir el empaque ponerle agua hasta donde las instrucciones lo indican y listo, así de fácil, yo lo probé hace poco y la verdad no me gusto, tiene poco sabor para mi gusto, pero pensaba, así somos las mujeres queremos todo para ya, meter el producto en el microondas (oración) y listo conseguir lo deseado, y creo que Dios no es así, porque al obtener todo sin esfuerzo no lo valoramos, o solo buscarlo por los beneficios, no creo que sea algo que lo haga muy feliz, ¿quién quiere ser amado sólo por obtener algo de si?
En este tiempo de espera Dios trabaja fuertemente con nuestra paciencia, con el aprender a confiar en Él y en sus tiempos y cuando llega la bendición es porque hemos aprendido, no sólo a confiar y creer, sino que Él debe ser más que suficiente para nosotras, entiendo que la soledad nos hace pasar malos ratos, pero cuando realmente nos dejamos llenar de Él no nos sentimos vacías y la espera no es una larga agonía.
Eclesiastés 3 dice que todo tiene su tiempo, así que la espera con paciencia es parte del proceso de recibir.
Toda siembra tiene su cosecha entonces ¿Por que detenerse en media labor??? La siembra no es solo recibir, como cuando vas al super mercado y compras la fruta, la tomamos, pagamos y ya, se requiere mirar el terreno, limpiarlo, abonarlo, hacer los surcos, abrir los agujeros donde irán las semillas y sembrar ahhh luego regar y constantemente estar fumigando, limpiando la maleza, cuidando de los cambios de temperatura y regando cada día para poder obtener el fruto, entonces es ilógico esperar que al ver un chico solo lo pidamos a Dios y ya.
Requiere que Dios prepare nuestros corazones y el de ellos y así es con cada petición que le hagamos, es necesario que vivamos un proceso, porque si la torta no se deja en el tiempo establecido queda a medio hacer, así mismo con los procesos, cuando queremos meter las manos hacemos que el sueño sea abortado, el proceso de gestación se ve afectado y luego llega el dolor y el sufrimiento por tener personas en nuestra vida que no son la voluntad de Dios o fuera del tiempo de Dios.
Todas tenemos la mala costumbre de sugerirle a Dios o de agendarlo pero Él nos dice: Permíteme hacer este viaje conmigo, permíteme ser más que suficiente para ti y sobre todo déjame las decisiones y el tiempo a mi.