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El doloroso “No”

Muchas veces nos hemos preguntado: ¿por qué es tan difícil enamorarse? ¿amar a alguien? ¿por qué es tan fácil enamorarse, pero tan difícil parar cuando quiero parar? Para al final sentirnos muy cansadas y cuando después de mucho intentarlo o esperarlo recibimos un “no” pensamos decirle: ¡si es difícil para ti amar a alguien entonces déjame ser yo quien te amé! ¡está bien sino te gusto podemos ser educados y conversar como antes! Y esperamos que un día nos recuperemos y ser capaz de aceptarlo sinceramente con una sonrisa, poder decir está bien sinceramente y no estar triste en lugares que estén llenos de recuerdos de él o incómoda en presencia de él.

Y seguimos preguntándonos: ¿cuánto tiempo tendré que esperar que pase hasta que ese día llegue? ¿será que hay la posibilidad que ese día nunca llegue? Y aunque cerremos la puerta siempre dejamos una ventana abierta por si decide venir, porque una parte de nosotros por más pequeña que sea sigue queriendo guardar la esperanza y solo lloramos porque las chicas pueden sonreír con cualquier chico que les agrada, pero solo lloran por el que aman y cuando no estamos listos para desearles lo mejor con otra persona preferimos escondernos para no darle la cara, esperando con paciencia que se sienta cómodo contigo y que te sientas cómoda con él.

Lo bueno de todo este doloroso proceso es saber que cuando te gusta alguien debes luchar por él y si no estás dispuesta debes renunciar, pero sabiendo que aprendiste, que quieres y que no quieres, te permite poner un estándar en tu vida, darte cuenta que lo que Dios quiere darte es un príncipe y no un renacuajo, que algunos chicos todavía está en la metamorfosis y que requieren tiempo, que el amor es así en ocasiones ganamos y en otras perdemos, pero lo importante es aprender de nosotras, de darnos la oportunidad de conocer sus falencias y así saber que te espera si deseas algo con él, porque así es cuando nos enamoramos, solo vemos lo que queremos ver, tal vez el conocerlo mejor te permita poner todo en perspectiva para al fin darte cuenta que Dios solo te estaba cuidando de alguien que no es para ti, que no es su voluntad, alguien que no va a permitirte crecer, muchas veces el ver con otros ojos nos permite o decirle a Dios, ¡ gracias por cuidar mi corazón! o tomar la decisión de seguir perseverando. Pero sea cual sea la situación saber que cada experiencia nos permite crecer porque Dios está muy interesado en formar tu carácter.


 
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