Tu verdadero valor

Cada jovencita tiene un valor incalculable, en ella está reunido todo el amor de un Dios que la formó, el de la preciosa sangre de su hijo Jesús; por eso se toma el tiempo para entregarnos esa persona que tiene para nosotras, porque debe primero trabajar en él y preparar los corazones. Esa persona debe estar primero comprometido con Dios para ser adecuado, porque después de todo solo los príncipes se casan con las princesas, es necesario que el busque primero de Dios para que al tener su aprobación pueda llegar a ti; porque al ser Dios nuestro padre a Él debe pedirle nuestra mano.

Nosotras somos sus princesas y nos ama con amor eterno así que no nos entregará algo que nos dañe o que no esté al nivel de una hija suya, si nosotras logramos entender ese amor y ver que Él tiene lo mejor para nosotras tendremos la paz para esperar por sus planes que siempre, aunque en ocasiones no lo parezcan de bien.