¿Por qué no llega el idóneo?

He escuchado muchas veces esa pregunta y recuerdo varias veces haciéndomela, no se porque siempre era en las noches antes de dormir, tal vez la oscuridad y el silencio de las noches nos vuelve más reflexivas, y creo que es porque necesitamos pasar ese tiempo para disfrutar de nosotras mismas, de aprender a conocernos de aprender a querernos, a ponernos bonitas por el simple hecho de estar bien. En ocasiones caen en el error de creer que ese otro las hará felices, cuando la felicidad depende de nosotras mismas, que es importante saber que ese primer lugar solo se debe llenar de Dios y tal vez inconscientemente se le ha dado ese lugar a esa persona tan esperada, es bueno tener sueños y metas, pero en la medida que se convierte en nuestro principal enfoque, Dios comienza a pasar a un segundo lugar.

A medida que se disfruta del trayecto todo irá encaminándose, escuché alguna vez que cuando nos resistimos hacemos más difícil el proceso, si dejamos que sea nuestra principal motivación para buscar a Dios y disfrutamos del hecho que es nuestro Padre las bendiciones irán llegando, cuando se deja de buscar algo desesperadamente llega, no sé si les ha pasado que buscan algo por toda la casa que se les ha perdido y cuando dejan de hacerlo lo encuentran y en ocasiones estaba ahí ante tus ojos.

Me gusta el pasaje de Ana la mamá del profeta Samuel y si leen el pasaje se darán cuenta que la bendición de un hijo no le llegó cuando estaba en dolor, queja y llanto, solo hasta que el sacerdote Elí le llamó la atención, fue a su casa dejó de llorar, comió y estuvo con su esposo, fue allí en el gozo de la espera que llegó el milagro, que se concibió lo imposible; Tal vez en tu vida hay una Penina que te recuerda que no tienes lo que pides, esa chica que aún sin ser muy comprometida con Dios tiene novio o muchos chicos a los cuales le gusta, y te preguntas: ¿Qué pasa conmigo?, ¿Por qué Dios no escucha mi oración?, ¿Por qué no encuentro a nadie? será que soy muy fea? sin darnos cuenta que Penina es como Goliat tan solo un gigante que debe retarnos a seguir creyendo, a pelear por lo que es nuestro, a animarnos porque estamos seguras de sus promesas. sino ha llegado ese idóneo pregúntate ¿Qué no has aprendido?, ¿Qué no estas disfrutando? o quizá que estas dejando de hacer ,o simplemente no es el tiempo y lo mejor es contemplar el paisaje del trayecto.